La Provincia de Córdoba enfrenta un problema conocido por quienes gestionan salud: cada municipio registra la información “a su manera”. Con más de 427 municipios y comunas y alrededor de 700 centros de salud, esto se traduce en datos fragmentados, estudios que se repiten, dificultades para las derivaciones y decisiones clínicas que a menudo se toman sin contar con información básica de la persona.
El nuevo reporte técnico elaborado por FIGSA y RECAINSA sobre el Resumen Clínico Interoperable de la Persona (RCIP) propone ordenar un piso mínimo común de datos (alergias, medicación vigente, enfermedades crónicas, vacunas y antecedentes quirúrgicos) para que esa información pueda circular de forma segura entre centros municipales, provinciales y privados y acompañar a la persona donde sea que se atienda.
El RCIP no surge de un estudio aislado o descontextualizado, sino de un proceso participativo que involucró a más de 90 referentes de municipios y comunas, hospitales provinciales, áreas técnicas, proveedores de sistemas y equipos de salud. A través de encuestas, webinarios de consenso y espacios de debate, se fue construyendo un acuerdo sobre cuáles son los datos mínimos que no pueden faltar en ningún resumen clínico, de modo que el resultado final fuera, a la vez, clínicamente relevante, técnicamente viable y realista para la diversidad de contextos municipales de Córdoba.
Si se implementa, el RCIP tendría el potencial de mejorar la gestión sanitaria y el ejercicio del derecho a la salud de la siguiente manera:
Para los gobiernos locales: ordenar los registros de los centros de salud, reducir la repetición de estudios, facilitar el seguimiento de personas con enfermedades crónicas y aportar información confiable para planificar programas y recursos.
Para el gobierno provincial: ofrecer una visión más integrada del sistema, fortalecer la rectoría sanitaria, facilitar la articulación con la historia clínica electrónica provincial y nacional, y apoyar decisiones de inversión y planificación territorial basadas en evidencia.
Para las personas que usan los servicios de salud públicos: evitar que las personas tengan que “contar su historia desde cero” en cada consulta, mejorar la seguridad en urgencias y derivaciones, acortar tiempos de espera y hacer más visible su derecho a acceder a información clara y actualizada sobre su propia salud.
El documento también señala los desafíos que supone avanzar en esta agenda:
FIGSA y RECAINSA proponen que esta agenda se construya a partir de alianzas y compromisos entre gobiernos locales, Ministerio de Salud provincial, poderes legislativos, universidades, proveedores tecnológicos y organizaciones de la sociedad civil. El RCIP se presenta así como una hoja de ruta posible para que Córdoba dé un paso más en salud digital: no sólo sumando tecnología, sino organizando mejor la información que hace posible una atención más segura, eficiente y centrada en las personas.
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